En la actualidad, en los Esteros del Iberá y su área de
influencia es notable el crecimiento de la oferta turística. Ya existen varios
emprendimientos de turismo ecológico o de aventura. Esta actividad representa
una alternativa económica importante para este humedal.
Dotados de una gran diversidad de especies propias de la
región, recorriendo los Esteros del Iberá, el visitante podrá acercarse a un
mundo mágico y sin igual, donde las bellezas naturales lo llenarán de
sensaciones nuevas, únicas.
A simple vista, los camalotales, juncales y embalsados
llaman la atención por sus dimensiones y cantidad. Atraen las miradas los
palmares de yatay, selvas en galerías e isletas de bosques hidrófilo, lapacho
negro, higuerón, urunday, viraró, timbó, laurel negro, quebracho blanco o
guabiyú.
Sobre la superficie de las aguas de los Esteros del Iberá,
se pueden ver irupés o nenúfares, camalotes, lentejas, repollitos, lirios y
jacintos de agua y helechos pequeños.
Por encima de los embalsados, pajonales achiras, yuyales y
pequeños árboles de suelos húmedos como los sarandíes, laureles, y el pehuajó o
totora grande. Mientras que en las islas se observan algunas especies agrupadas
como ombúes y hierba gigante, a la que se la considera originaria del Iberá.
Por las costas de los esteros se dejan admirar los
jacarandaes y lapachos, ceibos y sauces, curupíes y timbóes, guayabíes y
urundayes, espinillos.
Yatay, pindó y caranday, son las especies de palmeras más
comunes y numerosas dentro de la flora de los Esteros del Iberá.
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